Este es mi pequeño homenaje a un gatito que no llegaría al mes de vida, un precioso gatito al que la vida no trato muy bien. Ahora estarás en un sitio mejor y sin vagar por las calles buscando un hogar que te acoja con amor. Un buen día te cruzaste en mi camino en esa carretera, indefenso en medio de la calle. No puedo imaginar el miedo que deberías sentir al encontrarte en ese lugar indefenso. El destino quiso que yo te encontrara ese día y te recogiera abriéndote las puertas de mi corazón y brindándote un futuro mejor. O por lo menos eso pretendía yo, te recogí de aquella carretera fría ya casi no tenias ni fuerzas para continuar y te ofrecí un mundo lleno de posibilidades, te alimente, cure tus ojitos enfermos y te cuide como mejor supe. Abriste esos preciosos ojos y me miraste agradecido, anduviste por toda la habitación intentando reconocer aquella estancia tan nueva para ti. Jugaste con un compañero igual de chiquito que tu. Quiero pensar que un día feliz en tu corta vida por fin no tendrías que estar vagando en busca de tu destino, ya lo habías encontrado. Al día siguiente y sin explicación te fuiste de este mundo dejando esa camita que te había hecho con tanto amor sin dueño ahora descansas al lado mío y sin preocupaciones de tener que encontrar tu destino porque el mismo quiso que te fueras conociendo lo que era tener una vida digna y con los cuidados y el amor que te merecías. Ahora estas en ese cielo inmenso teniendo lo que siempre te mereciste.
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